Los niños también deben hacer cinco comidas al día. Esta es la mejor manera de distribuirlas:
1. DESAYUNO
El aporte energético-calórico que proporciona el desayuno es de gran importancia, ya que les permitirá conseguir un adecuado rendimiento a lo largo del día, tanto físico como intelectual, en las tareas escolares. Un desayuno completo debe consistir en la tríada de lácteos, frutas y cereales.
Los niños con edades comprendidas entre los 2 y los 16 años, muestran los siguientes datos:
- Un 8% de los niños acude al colegio sin haber desayunado.
- Sólo el 5% realiza un desayuno completo.
- Sólo el 9% toma zumos de frutas y el 5% alguna pieza de fruta entera.
Lo que les va a proporcionar un buen desayuno es:
Disminuir el consumo de alimentos menos apropiados (bollería, azúcares, etcétera).
Va a ayudar a prevenir la obesidad, mejorando el rendimiento intelectual y físico y la actitud en el ámbito escolar.
Conseguir unos aportes nutricionales más adecuados.
Es necesario que el niño desayune acompañado, a ser posible en familia, sentado en la mesa y dedicándole un tiempo entre 15-20 minutos, con un ambiente relajado. Los que dedican menos de diez minutos al desayuno, o lo hacen solos, tienen ingestas más deficitarias que aquellos que lo hacen acompañados.
2. MEDIA MAÑANA
Es recomendable que el niño no pase muchas horas sin comer entre el desayuno y la cena. Como ejemplos de alimentos saludables para este periodo tenemos:
- Yogur y fruta.
- Barra de cereales y yogur de frutas.
- Bocadillo de queso.
3. COMIDA
Es necesario incorporar una amplia variedad de alimentos en la dieta diaria, pero va a depender de donde coma el niño.
En casa se tiene más libertad de elección, lo que permite innovar recetas y elegir los métodos de elaboración más saludables.
Si es en la escuela, los menús deben ser suficientes, variados y agradables.
Como funciones principales:
- Deben de proporcionar comidas de calidad desde el punto de vista nutricional.
- Poseer hábitos higiénicos alimentarios y de comportamiento adecuados.
- Jugar con la variedad gastronómica y aspectos culturales de la alimentación.
- Adecuada frecuencia en el consumo de alimentos.
- Ajustarse a la época y a la temporada del año.
- Evitar las combinaciones del primer y segundo plato de difícil aceptación por el niño (por ejemplo, de primero verdura y de segundo pescado).
- Cuatro de los cinco días de la semana deberían incluir fruta fresca.
- Platos bien preparados y apetecibles, que estimulen las ganas de comer.
- La comida debe ser pausada, que se trate de un encuentro social y de aprendizaje.
4. MERIENDA
La merienda permite completar el aporte energético del día, nos ayuda a calmar el hambre del niño, evitando que llegue a la hora de la cena con muchas ganas de comer. Se recomienda fruta, jugos, leche, yogur o un bocadillo, reservando el pan para algún capricho muy esporádico.
5. CENA
Es la última comida del día, y debemos procurar darles aquellos alimentos que no se hayan consumido en la comida, al mismo tiempo que sean digeribles y no pesadas, para que durante el sueño la digestión sea fácil.
Por ejemplo: verduras cocidas, sopas, pescados, lácteos, etcétera.