Algunos observadores han notado una correlación preocupante entre los problemas de peso y la mala actividad académica de los niños y niñas en el colegio. Un estudio de investigación encontró que los niños y adolescentes con sobrepeso severo tienen cuatro veces más probabilidades de un bajo desempeño escolar, que los niños con peso ideal.
Los niños con sobrepeso son más propensos a tener puntuaciones irregulares (una medida común de los problemas de conducta de los niños) y tienen el doble de probabilidades de ser colocados en educación especial y clases de refuerzo. Una tesis que involucró a 11.192 niños de kínder encontró que niños con sobrepeso tenían significativamente puntajes mas bajos en las pruebas de matemáticas y lectura que aquellos niños de peso saludable, pero tales resultados deben ser interpretados con cautela debido a que no solo la obesidad infantil es la causa de esta bajo rendimiento.
El rendimiento académico deficiente puede tener muchas causas subyacentes, incluidas las de bajo nivel socioeconómico, educación de los padres, la mala nutrición y problemas familiares. El sobrepeso deben considerarse un indicador y no la causa misma.
El sobrepeso infantil puede afectar el rendimiento escolar de muchas maneras, incluyendo la salud física y mental de un niño. Entre las condiciones médicas relacionadas con el sobrepeso en los niños en edad escolar, encontramos: el asma, problemas en las articulaciones, la diabetes tipo 2, la depresión la ansiedad y el sueño; problemas sociales tales como, ser objeto de burlas o soledad o baja autoestima y esto ocasiona que los niños pierdan el interés académico.
Aunque la evidencia de que la obesidad infantil afecta el rendimiento escolar es limitada, si es indiscutible que una mala nutrición afecta claramente el rendimiento académico; el mal estado nutricional y el hambre, interfieren con la función cognitiva y están asociados con el rendimiento académico más bajo. La deficiencia de hierro está ligada a menor capacidad de atención, irritabilidad, fatiga, y dificultad de concentración.
Una reciente revisión de estudios sobre los hábitos de desayuno y el estado nutricional en niños y adolescentes encontraron que el consumo del desayuno puede mejorar la función cognitiva relacionada con la memoria, las calificaciones de las pruebas, y la lectura.
La investigación también ha comenzado recientemente a esclarecer la relación entre la actividad física y el rendimiento de los estudiantes en la escuela, algunas de las conclusiones son, que los programas de actividad física ayudan a los niños en edad escolar a desarrollar habilidades sociales, mejorar la salud mental y reducir la mala conducta, es por esto que los esfuerzos para mejorar la nutrición y aumentar la actividad física en la escuela puede tener el doble beneficio de reducir la obesidad y mejorar el rendimiento académico de todos los niños y niñas si están en riesgo de obesidad o no.